Dicen que la verdad cura. Pero hay verdades que duelen más que la más vil de las mentiras. Descubrir algo a veces puede ser más horrible que sospecharlo, porque si lo reconoces, si tienes certeza de esa horrible verdad entonces llega el momento de hacerle frente y ya no valen los 'no hay tal crisis'.
Y bien es cierto que he tenido que encarar verdades horribles. Pero la peor de todas ha sido caer en la certeza de que formo parte de una generación desencantada.
Una generación desencantada es una generación sin ilusión, sin fe. Una generación desencantada es una generación sin sueños, sin inquietudes. Es una generación que ha perdido su ideología, sus principios. Que ya no tiene capacidad de sentir. Que sólo siente indiferencia.
La generación desencantada se siente sola, se siente aislada. Sin presente. Sin futuro. Sin esperanza.
Y si nos desencantamos, significa que estamos fracasando. Porque la vida no perdió su encanto, nosotros perdimos el gusto por la vida. Perdimos la inocencia, la capacidad de sorprendernos. Perdimos el respeto al amor.
Y ahí perdemos cualquier oportunidad. Porque el desencanto es el arma del villano más malvado.
Porque nos volvemos vulnerables.
Hay que recuperar el encanto, porque las cosas no son como son, sino como dejamos que sean.
Para encantarse hay que volver a creer, hay que tomar conciencia de que somos ESENCIALES paras las generaciones futuras, hay que caer en la cuenta de que hay tal crisis y tomar las riendas de nuestras vidas.
Y recuperar el encanto pasa por la rebelión, por la reacción.
Hay que vivir, hay que sentir, hay que soñar y hay que amar. Porque para que podamos tener una posibilidad de salvarnos, necesitamos volver a encantarnos. Y sobretodo, recuperar la esperanza.
Porque la esperanza, al igual que la utopía, nos hace caminar.
Porque lo contrario al dolor no es la paz, porque lo contrario al miedo no es el valor. Es la esperanza, siempre es la esperanza.
Porque la esperanza es la antagonista del mal. Porque la esperanza es una luz. Y dónde hay luz, no hay oscuridad.
Deberían impartir cursillos sobre cómo no perder la esperanza. Porque un mundo sin esperanza, es un mundo sin posibilidades.
Música del Off: Kate Ryan-Generation desenchantee
miércoles, 29 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El show debe continuar
Lo dejó bien claro Freddy Mercury. Le acaban de dar la noticia de que tiene SIDA y va a morir y el tío, en lugar de romperse, va y escribe una canción sobre continuar, echarle una sonrisa a la vida y sobrevivir. La canción protesta, el himno de cualquier persona en cualquier circunstancia adversa.
Y ahí estuvo, al pie del cañón hasta que el virus lo devoró y tuvo que finalizar el show.
Pero claro, él era de otra pasta, de esa pasta especial de la que nos gustaría ser a todos(dijo claramente que no iba a ser una estrella, sino una leyenda).
Pero bueno, ponle que sí, que aceptamos pulpo como animal de compañía y adopto ese dogma como filosofía de vida. Gran filosofía de vida, en realidad.
Y, después de todo, no lo he hecho tan mal. He estado 19 años en escena, continuando con el show caiga quien caiga. Con heridas en los pies, con mocos en la garganta, sin público o con malas críticas. Caiga quien caiga, en escena.
Pero hay veces en las que el show no marcha bien, o no vale la pena continuarlo, o simplemente, no mola este show. Y hoy es uno de esos días en los que me cago en Freddy y, cual diva enfadada, grito "Stop the Show, ya basta por hoy. Pero hombre, ¿qué es esto?" Y bajo un ratito el telón.
Pero un ratito nada más. Porque luego te das cuenta de que entre bambalinas no se puede vivir. Y que, irremediablemente, tienes que volver a salir a escena. Y por suerte, vas y lo haces.
Y voy y lo hago.
Porque llegará un momento en el que el telón baje de verdad e iré a parar a dónde quiera que esté Freddy.
http://www.youtube.com/watch?v=t28EUcTDLII&feature=fvst
Y ahí estuvo, al pie del cañón hasta que el virus lo devoró y tuvo que finalizar el show.
Pero claro, él era de otra pasta, de esa pasta especial de la que nos gustaría ser a todos(dijo claramente que no iba a ser una estrella, sino una leyenda).
Pero bueno, ponle que sí, que aceptamos pulpo como animal de compañía y adopto ese dogma como filosofía de vida. Gran filosofía de vida, en realidad.
Y, después de todo, no lo he hecho tan mal. He estado 19 años en escena, continuando con el show caiga quien caiga. Con heridas en los pies, con mocos en la garganta, sin público o con malas críticas. Caiga quien caiga, en escena.
Pero hay veces en las que el show no marcha bien, o no vale la pena continuarlo, o simplemente, no mola este show. Y hoy es uno de esos días en los que me cago en Freddy y, cual diva enfadada, grito "Stop the Show, ya basta por hoy. Pero hombre, ¿qué es esto?" Y bajo un ratito el telón.
Pero un ratito nada más. Porque luego te das cuenta de que entre bambalinas no se puede vivir. Y que, irremediablemente, tienes que volver a salir a escena. Y por suerte, vas y lo haces.
Y voy y lo hago.
Porque llegará un momento en el que el telón baje de verdad e iré a parar a dónde quiera que esté Freddy.
http://www.youtube.com/watch?v=t28EUcTDLII&feature=fvst
El off
Un off es aquello que da sentido a una experiencia. Un off es aquello que rompe la regla de "vale más una imagen que mil palabras". Un off es una explicación, una metáfora o una fábula. Es una enseñanza y un chiste.
Off significa apagado pero El off es el hilo conductor de la vida. Siempre hay un off, rondando por la cabeza y golpeando a la altura de la nuca, y es interesante plasmarlo por escrito.
Un off vendría a ser lo que yo misma narraría, con voz cálida, adornado con efectos y completado con la música adecuada, si mi vida fuese una teleserie.
¿Un pensamiento? Sí, pero más guay.
Off significa apagado pero El off es el hilo conductor de la vida. Siempre hay un off, rondando por la cabeza y golpeando a la altura de la nuca, y es interesante plasmarlo por escrito.
Un off vendría a ser lo que yo misma narraría, con voz cálida, adornado con efectos y completado con la música adecuada, si mi vida fuese una teleserie.
¿Un pensamiento? Sí, pero más guay.
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