Lo dejó bien claro Freddy Mercury. Le acaban de dar la noticia de que tiene SIDA y va a morir y el tío, en lugar de romperse, va y escribe una canción sobre continuar, echarle una sonrisa a la vida y sobrevivir. La canción protesta, el himno de cualquier persona en cualquier circunstancia adversa.
Y ahí estuvo, al pie del cañón hasta que el virus lo devoró y tuvo que finalizar el show.
Pero claro, él era de otra pasta, de esa pasta especial de la que nos gustaría ser a todos(dijo claramente que no iba a ser una estrella, sino una leyenda).
Pero bueno, ponle que sí, que aceptamos pulpo como animal de compañía y adopto ese dogma como filosofía de vida. Gran filosofía de vida, en realidad.
Y, después de todo, no lo he hecho tan mal. He estado 19 años en escena, continuando con el show caiga quien caiga. Con heridas en los pies, con mocos en la garganta, sin público o con malas críticas. Caiga quien caiga, en escena.
Pero hay veces en las que el show no marcha bien, o no vale la pena continuarlo, o simplemente, no mola este show. Y hoy es uno de esos días en los que me cago en Freddy y, cual diva enfadada, grito "Stop the Show, ya basta por hoy. Pero hombre, ¿qué es esto?" Y bajo un ratito el telón.
Pero un ratito nada más. Porque luego te das cuenta de que entre bambalinas no se puede vivir. Y que, irremediablemente, tienes que volver a salir a escena. Y por suerte, vas y lo haces.
Y voy y lo hago.
Porque llegará un momento en el que el telón baje de verdad e iré a parar a dónde quiera que esté Freddy.
http://www.youtube.com/watch?v=t28EUcTDLII&feature=fvst
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